Modica es una de las perlas de Italia. Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, es conocida por su belleza arquitectónica y por los talleres artesanos que procesan las habas de cacao. Hasta finales de los años 40, la economía de la ciudad se basaba en la agricultura y la ganadería: los pastos donde se criaba la raza Modica se alternaban con campos cultivados divididos por muros de piedra seca típicos de la zona.
Los miembros de la cofradía de la Fava Cottoia di Modica cultivan habas “consideradas el perro del pobre” porque son nutritivas y sabrosas. La “Fava Cottoia di Modica” recibe su nombre por el tegumento especialmente tierno que facilita la cocción (de ahí el término “cottoia”) y forma parte del Baluarte Slow Food.